Como hemos visto, existen diferentes maneras de estructurar tu curriculum. Dependiendo de la forma que elijas deberás incluir unas secciones y no otras o destacar más unas habilidades a la vez que omites otras.
En esta guía, vamos a centrarnos en la organización cronológica del currículum que es, con diferencia, la más usual.
Por norma general, las secciones que un currículum completo debe contener son:
• Datos personales: Nombre y apellidos, lugar y fecha de nacimiento, estado civil, dirección personal, número de teléfono de contacto, dirección de correo electrónico, etc.
• Formación académica: Estudios y cursos que has realizado, indicando fechas, centro, y lugar donde han sido realizados.
• Otros títulos: Estudios complementarios a los universitarios que mejoran tu formación y tus habilidades. Hay que indicar las fechas, el centro y el lugar donde fueron realizados.
• Experiencia profesional: Experiencia laboral relacionada con los estudios universitarios o que puedan ser de interés para la empresa que desea contratarte. No olvides señalar las fechas, la empresa dónde trabajaste y las funciones y tareas llevadas a cabo.
• Idiomas: En este apartado mencionarás los idiomas que conoces y tu nivel. Indica también si has obtenido algún título reconocido que acredite tus conocimientos.
• Informática: Señala aquellos conocimientos informáticos que poseas: sistemas operativos, procesadores de texto, hojas de cálculo, bases de datos, diseño gráfico, internet, etc.
• Otros datos de interés: En este último apartado señala todos aquellos aspectos que no han sido incluídos todavía, tales como: Carné de conducir, disponibilidad, etc.
Éste es un modelo estandar sobre el que se pueden realizar las modificaciones que se crean oportunas, ya que, si bien hay secciones que son invariables y deben aparecer siempre: datos personales, formación académica, experiencia laboral… hay otras que pueden variar.
Son secciones que pueden aparecer como un área en si mismas o incluirse dentro de otras (idiomas, por ejemplo), dependiendo de la importancia que se le quiera dar a cada punto o a cada habilida en concreto.
Por ejemplo, en un trabajo en el que la informática sea fundamental, convendrá dedicarle un espacio propio, e incluso un orden preferente dentro del documento. Sin embargo, para trabajos que no lo requieran, podrá incluirse dentro de otros datos de interés.