Cuando tenemos trabajo, sobre todo en los tiempos que corren, cuesta plantearse dejarlo y buscar otro que nos guste más o que hagamos con más implicación y satisfacción. Es importante tener claro, que nuestro trabajo es algo que haremos toda la vida (con suerte) y que influirá en nuestro día a día.
Por eso es importante estar contentos, ya que en casa contrario estaremos perdiendo el tiempo y también haciendo perder a la empresa.
Pero, ¿cuándo sabemos realmente que debemos dejar nuestro trabajo? Lógicamente todos los días no van a ser iguales, y no siempre estaremos contentos con el trabajo realizado. La pregunta que debemos hacernos es ¿nos gusta lo que hacemos?
- Si nunca tenemos ganas de ir, hacemos nuestro trabajo sencillamente por el sueldo de fin de mes, no es el trabajo de nuestra vida.
- No nos importa ascender o no.
- Pensamos en la hora de salir desde las 8 de la mañana.
- No nos implicamos en la empresa, no asistimos a reuniones fuera del trabajo con los compañeros.
- Nuestra productividad es cada vez menos, eso nos perjudica a nosotros como trabajador y a la empresa para con su producción.
Si pensamos todas estas cosas, es hora de cambiar de trabajo. Y esto también necesita una planificación. Lo más importante es darse cuenta y sobre todo no bajar nuestro rendimiento en el trabajo, ya que esto nos puede perjudicar a la hora de buscar trabajo. Dejar en listón alto allá por donde vamos es fundamental para que nos “necesiten” en otras empresas.
Lo primero que tenemos que hacer es delimitar los puestos de trabajo en los que nos gustaría trabajar, y para los que estamos cualificados. A partir de aquí, y si cumplimos los requisitos, buscaremos ofertas que se adapten a ese puesto, y comenzaremos a enviar nuestro CV.
Un apunte importante: no hacerlo en horas de trabajo. Muchas empresas conocen los lugares donde navegan los empleados y tampoco está muy bien visto. Además nuestro despido podría ser inminente.
A partir de aquí, y en el momento de encontrar empleo nuevo, recordar que en algunas empresas es necesario avisar con algunas semanas de antelación y sobre todo si a pesar de irnos queremos dar una buena impresión.