Lo más normal, es que las personas se enfrenten a un proceso de selección a la hora de entrar en una empresa, y a partir de ahí, si resultan seleccionados, aprender lo máximo posible, realizar bien el trabajo y mantenerse en ese puesto y promocionar, si se puede. Pero la promoción no es tan fácil.
Muchas empresas conocidas en muchos ámbitos, lo son también por sus procesos de selección, y por premiar a los empleados con subidas de salario y de nivel dentro del departamento o de la empresa. Es el caso de Deloitte o de Accentur , entre otras. Es decir, hay una competitividad diaria. Pero no siempre es tan fácil.
A la hora de enfrentarse a un proceso de selección en el que nuestros “rivales” serán nuestros compañeros, hay que tener en cuenta algunas consideraciones.
- La intención de nuestros superiores de subirnos de puesto, la sabremos con antelación, y lo más probable es que nos avisen de hacer las cosas “lo mejor posible” (se supone que ya lo hacemos).
- No es necesario que lleguemos a las 6 de la mañana, o que nos quedemos hasta tarde, pues eso también levantará sospechas entre los compañeros, al ser una práctica que no hacemos habitualmente.
- Es mejor no ir comentando con los compañeros, el futuro proceso de selección, o la posibilidad de ascender en la empresa, ya que es posible que nos pongan en un compromiso con nuestro jefe, porque ellos no han sido seleccionados, o incluso a nosotros mismos.
- A pesar de estar dentro de la empresa, es posible que, si es grande, nos enfrentemos a algún reclutador no conocido, por lo que no está de más repasar nuestro CV, además de ampliar con la información de lo realizado en la empresa.
- Podemos realizar una breve presentación o resumen, sobre todo si nos han ofrecido la posibilidad de hacerlo, de nuestra trayectoria , de los proyectos , etc.
- Uno de los puntos que puede estar muy a nuestro favor, es ofrecer lo que quiere la empresa. Es decir, cuando se entra a trabajar, suelen decirnos cuáles son los pilares en los que se basan, lo que sería la esencia de la empresa. Debemos ofrecer esa idea, que se note que hemos aprendido de ellos, y que podemos representar perfectamente lo que “es” la empresa.
- Por último, no debemos dejar de dar las gracias. Enviar un correo de agradecimiento, por hacer confiado en nosotros, y valorado nuestro trabajo; y en el que estamos a disposición de los entrevistadores en cuestión, y por supuesto, con nuestro bienestar con la empresa en general.
