Si se quiere contratar a un recién graduado, lo primero que hay que tener en cuenta es que esta persona tiene unos 24 años. Esto significa que pertenece a la generación Z. Y la generación Z es sinónimo de cambio. La generación Z incluye a todas las personas que han nacido entre 1993 y 2010, aunque no todos coinciden en estas fechas.
Según un estudio realizado y publicado por el blog de LinkedIn en EEUU, más de un 40% de los trabajadores está interesado en cambiar de trabajo radicalmente. Estos cambios pueden ser tanto de una industria a otra como un cambio total de las funciones. Sin embargo, esta es una práctica común entre los jóvenes que se incorporan al mundo laboral.
La generación Z multiplica por 3 el número de veces que puede o podría cambiar de trabajo si se compara con la generación de los Baby boomers. De hecho, un 20% de los encuestados cambiará de trabajo 4 o más veces a lo largo de toda su vida laboral.
Los recién incorporados a la vida laboral no tienen demasiado interés en ascender rápidamente en una compañía. De hecho, un 80% tiene intención de cambiar de industria y de funciones de forma radical. Esto no significa que se quieran ir de la empresa sí o sí, sino que piensan que fuera de ella hay otras oportunidades que pueden aprovechar. Además, no tienen ningún problema a la hora de cambiarse de ciudad o de país. Un 20% de los encuestados estaría dispuesto a viajar.
Por otro lado, los beneficios y el salario son importantes, sin embargo, para la generación Z también es necesario encontrar un equilibrio entre la vida laboral y personal, estar contentos en el trabajo, tener posibilidades de crecer. Un 50% de la generación Z está en su puesto de trabajo por simplemente porque le gusta lo que hace y dónde está.
Según el estudio, un 40% de la generación Z señala que hablaría con su jefe si sus intenciones fuesen dar un cambio radical en su carrera laboral, frente a un 20% con más de 45 años que afirma que también lo haría.