Cuando nos enfrentamos a una entrevista, es posible que nos pregunten alguna de esas preguntas que preferiríamos no oír, pero que lamentablemente vamos a tener que responder. Son esas preguntas que te ponen en un compromiso y que la mayoría de las veces no sabemos responder, o respondemos mal.
A continuación, exponemos 3 preguntas que son habituales y que debemos llevar muy bien aprendidas, por supuesto siempre diciendo la verdad. En las entrevistas también hay que utilizar la picaresca en alguna ocasión.
Háblanos de ti…
Esta pregunta puede parecer algo contradictoria, ya que podemos pensar que lo que realmente quieren o necesitan saber ya está en nuestro CV. En este caso no hay que pesárselo dos veces y hay que aportar información específica y relevante, que por supuesto se encuentre en el CV, y que puedas ampliar. Habla más de tu experiencia en empresas, de tus conocimientos, de los objetivos conseguidos, de experiencias que consideres relevantes… No te están pidiendo que les cuestes tu vida. Al fin y al cabo lo que quieren es contratarte para la empresa, no quieren ser amigos tuyos.
Muchas empresas, dan importancia a la situación familiar, o al estado civil. En estos casos, aunque nos hayamos planteado mentir, esta nunca es una buena opción, ya que es algo que se puede comprobar con facilidad. Si realmente somos buenos para el puesto, tenemos los estudios necesarios y la experiencia requerida, y por supuesto hacemos una buena entrevista, estos detalles no influirán en la obtención del trabajo.
¿Qué defectos o debilidades tienes?
En estos casos, el gran error es o quedarse en blanco, o decir una lista de defectos que no soportamos de nosotros mismos (por favor, abstenerse de defectos físicos como la nariz). Es importante dar la vuelta a esta pregunta, y hablar de defectos que hemos conseguido mejorar o superar en alguna ocasión, o incluso alguno que tenemos en la actualidad pero que intentamos mejorar, como por ejemplo “estoy dando un curso en el que me enseñan a hablar en público, ya que a veces me pongo nervioso y suelo ir demasiado rápido”.
Todos tenemos defectos, y por supuesto es casi imposible que todo lo que digamos sea buenos, o por otro lado sean muchos negativos. Debemos profundizar en ello, y prepara esta pregunta poniéndonos en el otro lugar. Debemos evitar defectos que influyan negativamente en el trabajo a desempeñar, que no tengan nada que ver con la relación con compañeros, o incluso carencias en nuestra formación. Si son importantes se darán cuenta, o te preguntarán directamente, e incluso te proporcionarán la formación adecuada.
¿Te han echado de tu anterior empleo o no te llevabas bien con los compañeros?
Esta es una pregunta muy típica, en la que nunca debemos responder de forma afirmativa (aunque sea así). Debemos de nuevo dar la vuelta a la pregunta, y hablar sobre dar un nuevo rumbo a tu vida, o a tu carrera profesional, la necesidad de conocer otros sectores, etc. Nunca hay que hablar mal del pasado.
Esta pregunta va más bien en la dirección de si somos personas problemáticas o no. Es decir si nos hemos llevado bien con los compañeros, con nuestros jefes, si hemos hecho bien nuestro trabajo, etc. Aunque esto también es fácil de comprobar, poniéndose en contacto con otra empresa, no debemos desanimarnos si hemos tenido esta situación, ya que no somos los primeros ni los últimos que hayamos desencajado en una empresa.