Una de las peores situaciones que podemos vivir es no saber responder una pregunta en una entrevista de trabajo. Sobre todo en la primera nos ponemos más nerviosos de lo habitual y ya si creemos que lo hemos hecho mal o que hemos fallado, peor aún. Pero hay que tener en cuenta que los reclutadores están habituados a estos errores y los que son por “nervios” se notan.
Aún así, es conveniente tener claras unas ideas, que se deben hacer a lo largo de la entrevista, para poder salir lo más airosos posibles de esta situación. La primera de todas por supuesto es mantener la calma. Al iniciar una entrevista es habitual que estemos más nerviosos, pero conforme vaya pasando el tiempo y nos sintamos más cómodos debe desaparecer.
El hecho de mantener esta actitud durante toda la entrevista puede perjudicarnos, ya que lo más habitual es que estemos bajo situaciones parecidas en el trabajo. Por eso los reclutadores pueden pensar que no estamos preparados para situaciones de presión.
Bajo ningún concepto debemos decir “no lo se”. Esta frase se puede maquillar, o podemos utilizar unos conceptos que tengan relación, e incluso exponer los métodos que utilizaríamos para dar respuesta a la pregunta. No hay que mentir, y caer en la invención, se nota, y mucho.
No está de más hacer alguna pregunta para interesarse por algo o para profundizar. Sobre todo si no hemos podido responder a alguna pregunta, estará bien interesarse. En caso de ser la respuesta una definición o algún término y no saberse, lo mejor es decir que se desconoce, pero que al terminar la entrevista lo buscará.
Por último y no por ello menos importante, es dar las gracias por la entrevista y quedar a disposición suya para cualquier otra ocasión. A veces se debe mandar un e-mail de agradecimiento, sobre todo dependiendo de la empresa, si esta es pequeña con pocos trabajadores es lo adecuado. En el caso de las grandes empresas, la selección y el contacto con los candidatos se suele hacer por medio de una plataforma y esos correos no suelen dar esa opción.