Cuando salimos del colegio o de la universidad, no se sabe todo. Es más, no sabemos casi nada. A la hora de la práctica y de la llegada al mercado laboral, el proceso de adaptación es largo y complicado. La mayoría de las empresas, sobre todo las más especializadas, ofrecen a los nuevos empleados un curso previo de preparación, para poder desenvolverse mejor en la empresa.
Esto no ocurre solo en determinados trabajos, pues lo único que sabemos es la teoría, ya que lamentablemente las universidades españolas se caracterizan por no ofrecer clases prácticas a los alumnos. Por otro lado, hay que tener en cuenta que la carrera no lo es todo.
- No son pocos los que pasan por la universidad o por el colegio con el objetivo de pasar los exámenes. Es cierto que es obligatorio aprobarlos, pero para hacerlo bien hay que entenderlo y no es cuestión de estudiar la noche anterior. Por eso con la última reforma del plan Bolonia, se pretende entre otras cosas que esto cambie. Ahora solo falta tener más horas prácticas.
- La mayoría de los que estudian una carrera, a no ser que sea muy específica como medicina, terminan en un puesto de trabajo que no tiene relación directa con sus estudios. Esto es más habitual de lo que pensamos, ya que la versatilidad de algunas carreras, permite especializarse mediante un curso o máster, por ejemplo la carrera de económicas permite entrar en casi cualquier tipo de empresa.
- El trabajo en grupo dentro de las empresas es fundamental. Todas las empresas, aunque en especial las grandes empresas, tienen varios departamentos con los que hay que trabajar. Las relaciones entre ellos son fundamentales para el buen funcionamiento de la empresa y para conseguir la productividad máxima.
- No todas las carencias son por culpa del sistema o por la organización, también dependen de la persona. Las diferencias entre unos candidatos y otros respecto a la práctica o al trabajo en grupo vienen por la implicación en los estudios y por la preocupación por cubrir esas carencias que sabemos que existen.
