Nos hemos referido en muchas ocasiones a la importancia de la carta de presentación adjunta al envío de un currículum, como un elemento que nos puede permitir la inclusión de datos e informaciones que tal vez en el marco del currículum sobran, además de permitirnos un trato al menos el inicio más directo con el posible entrevistador.
Vamos a tratar de proporcionar algunas claves sobre cómo redactar correctamente una carta de presentación estándar, teniendo en cuenta que como siempre decimos, ninguna oferta debe ser tratada igual que otra y debemos siempre intentar acercarnos a sus particularidades también en la redacción de nuestras cartas de presentación.
En el concepto de una carta de presentación reposan dos ideas fundamentales; por un lado extender un poco más nuestra presentación personal y por otro lado poder acercarnos a explicar los motivos por los que nos consideramos capaces de responder ante la demanda de empleo.
Partiendo de esas dos premisas, y como de costumbre, la economía de redacción es muy importante: en este sentido repetir mensajes, datos y conceptos, ya reflejados en el cuerpo del currículum es un error de bulto, debiendo buscar como decimos otras comunicaciones relevantes que, si no nos surgen, no debemos encontrar justificación a la creación de la carta de presentación.
Como indicábamos vamos a tratar de establecer un vínculo un tanto más cercano con el posible entrevistador, por tanto, el saludo de la carta de presentación si es posible debe ser personalizado de manera individual, si no fuera posible como poco debiera ser personalizado al cargo responsable de la contratación.
El saludo no debemos incluir datos personales ya incluidos en el currículum, a excepción en todo caso de nuestro nombre en el encabezamiento, tampoco debemos pensar que este es el espacio adecuado para datos personales tipo estado civil, gustos personales, etc. al contrario ese tipo de comentarios contribuyen mucho a deteriorar la imagen de una buena carta de presentación.
El cuerpo de la carta de presentación, es decir el núcleo de la misma, debe componerse como indicábamos anteriormente de los motivos y valores por los que entendemos que reunimos los requisitos solicitados en la demanda de empleo. Aquí es muy importante mostrar esta capacitación de manera activa y no excederse tampoco en grandes detalles que no van a aportar mucho valor añadido.
La despedida de la carta debe ser lógicamente la solicitud de una entrevista de trabajo. Es interesante huir de las despedidas típicas en las cuales se confían fórmulas tipo si me consideran adecuado, si mi perfil se ajusta, el tercer etc ya que precisamente en la carta de presentación hemos defendido nuestra cualificación, y por tanto solicitamos la posibilidad de mostrarla en una entrevista personal.
Puede resultar interesante la firma de la carta de nuestro puño y letra, y, por supuesto, no añadir datos de contacto que ya se suponen insertados en el currículum.