Habitualmente cuando hablamos de la confección de un currículum solemos hacerlo de una manera muy general, dando pinceladas concretas sobre el tipo de currículum, el estilo general del texto, aquellos elementos que deben incluirse en un buen currículum y los que no, en este caso, vamos a tratar de aportar algunos consejos prácticos que puede servir para cualquier tipo de currículum, buscando mejorar el mismo.
Una cuestión que no se suele tener muy en cuenta es confundir a la hora de plasmar en el texto obligaciones en lugar de éxitos; nos explicamos, no es lo mismo a la hora de describir unas funciones laborales decir que me correspondía gestionar las cuentas de la empresa que es una obligación implícita en el desarrollo de la tarea laboral que describimos, a decir, gestioné la contabilidad de la empresa utilizando tal o cual herramienta (incluyendo implementaciones o mejoras si por ejemplo las llegamos a introducir).
Otra cuestión frecuente que puede generar una imagen pasiva o distorsionada de nuestro perfil laboral viene dada por una mala definición de los objetivos. Objetivos estándar como por ejemplo crecer profesionalmente, desempeñar con eficacia mis tareas, etc. Son demasiado trillados y utilizados como para causar efecto positivo, es mucho más eficaz en este sentido objetivos prácticos relacionados con la empresa destino, como por ejemplo utilizar mis conocimientos y habilidades en la mejora de los sistemas de comunicación de la empresa.
Raramente un reclutador no se va a sentir motivado por un perfil pasivo, y esto también se puede mejorar mucho en un curriculum, por ejemplo descartando en la medida de lo posible frases poco activas como por ejemplo trabajé en el departamento de ventas utilizando verbos que denoten acción, como por ejemplo podría ser mi función consistía en desempeñar tareas comerciales dentro del departamento de ventas.
Por último, debemos realizar un recordatorio sobre algo que, cuando tratamos correctamente delimitar la extensión de nuestro currículum podemos llegar a realizar de manera equivocada; no incluir información que puede llegar a ser relevante como por ejemplo actividades complementarias a nuestros estudios, trabajos desempeñados durante nuestros estudios o incluso actividades laborales becadas, que, a veces descartamos a favor de otras informaciones, pero que también, bien sintetizadas deben tener un hueco en nuestra presentación.