Mucho adorno no es bueno en un curriculum

Seguro que usted ya ha escuchado con anterioridad esa frase hecha que viene a decir; el papel lo soporta todo, una frase en la que sobran explicaciones, pero que se puede aplicar perfectamente a la confección de un currículum, y desde luego se puede también aplicar perfectamente al punto de vista con el que un especialista en recursos humanos se enfrenta a los currículos de los aspirantes a un puesto de trabajo.

Encuestas y datos sobre el volumen de lo que se miente en los currículum los hay para todos los gustos, en lo que todas coinciden es en la tremenda diferencia de percepción entre los postulantes y las empresas, una diferencia que si se le pregunta a los trabajadores reduce a mínimos el porcentaje de aquellos que reconozcan haber introducido algún adorno o mentir en su currículum, mientras que si se le pregunta a las empresas el porcentaje se dispara en ocasiones muy cerca del 80% dependiendo de las encuestas.
La tolerancia en el adorno de un curriculum
De entrada y como ya hemos afirmado en otras ocasiones, la mentira no sirve en un currículum, o en todo caso puede ser un recurso de corta trayectoria que además nos haga perder posición de manera brutal en nuestra búsqueda de empleo. Antes de introducir un adorno o una mentira en nuestro currículum debemos tener claro que la inmensa mayoría de ocasiones nos vamos a enfrentar a personas especializadas acostumbradas a la lectura de cientos de currículum y por supuesto acostumbradas a la detección de las contradicciones, los adornos o las mentiras.

Y si los niveles de tolerancia a los adornos hace una década (adornos que no mentiras) podían ser relativamente amplios, hoy en día simplemente no existen, y la menor contradicción en un currículum significa automáticamente el descarte.

Mentiras en los currículum hay muchas y de todos los colores, aunque realmente los grandes grupos son cuatro o cinco como mucho, tal y como vemos en un futuro artículo, sin embargo al recorrido de estas mentiras como indicamos es muy corto; tal y como están las cosas es asumir un riesgo en una apuesta perdedora que si en el mejor de los casos no es inmediata a medio plazo puede resultar catastrófica; en resumen, no adorne ni mienta en su currículum.

 

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